Puente del siglo XVIII situado sobre el río Lozoya y frente al Monasterio Santa María de El Paular, para dar acceso desde este al molino de papel de Los Batanes. Constituido por tres arcos y varias plazoletas en su parte superior.
Le otorga su nombre la leyenda según la cual, al paso por este punto, se revisaban las sentencias de los reos condenados a la horca.
Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento Nacional desde 1876. Esta 1ª Cartuja fue fundada por los Trastámara en 1930. Destacan en su interior su sillería, su retablo mayor y la colección de cuadros de Vicente Carducho que adornan su claustro.
Recibe a sus visitantes en visitas guiadas de la mano de quienes viven en él y más lo conocen.
Excelente escaparate de todo el Valle del Lozoya, con una enorme brújula que ayuda a sus visitantes a ubicar, entre estas preciosas vistas, los municipios sitiados en este valle y los picos que lo rodean.
En él se aloja desde 1977 un monolito en conmemoración a los Guardas Forestales.
Forma parte del cauce del río Lozoya, este salto que origina una preciosa cascada sirvió en el pasado para proporcionar energía eléctrica, hoy en desuso.
En la parte superior, contrasta con la cascada, un embalse cristalino de aguas calmadas rodeadas de árboles y vegetación.